sábado, 25 de octubre de 2008

La Pax Romana.

Las fronteras del Imperio tuvieron su máxima extensión en el siglo II. Los romanos dominaban así buena parte de la Europa actual, la totalidad de la cuenca mediterránea, incluido todo el norte de África, Palestina y Siria, prolongando su poder al noreste por Mesopotamia y Asiria hasta el Éufrates, Asia Menor y Armenia. En el plano institucional, fue un periodo de equilibrio. El poder absoluto de los emperadores se ejerció con moderación. La seguridad de las vías de comunicación favoreció el comercio. Esta prosperidad económica se vio en las ciudades, que se embellecieron y asentaron en detrimento del campo como centros de romanización y de cultura.
La pax romana (en español, ‘paz romana’) fue en realidad una paz armada, porque los emperadores conservaron las fronteras del Imperio gracias a las espadas. Las invasiones (germanas al norte y persas al este) pusieron fin a la ‘paz romana’ en el siglo III.

El Imperio Romano y Augusto.

El Imperio sucedió a la República de Roma y Augusto, como princeps (primer ciudadano) mantuvo la constitución republicana hasta el año 23 a.C. en que el poder tribunicio y el imperium militar (o mando supremo) fueron revestidos con la autoridad real. El Senado conservó el control de Roma, la península Itálica y las provincias más romanizadas y pacíficas. Las provincias fronterizas, donde fue preciso el acuartelamiento estable de legiones, estaban gobernadas por legados, nombrados y controlados directamente por Augusto. La corrupción y extorsión que habían caracterizado a la administración provincial romana durante el último siglo de la República no fue tolerada, de lo que se beneficiaron en especial las provincias.
Augusto introdujo numerosas reformas sociales, entre ellas las que pretendían restaurar las tradiciones morales del pueblo romano y la integridad del matrimonio; intentó combatir las costumbres licenciosas de la época y recuperar los antiguos festivales religiosos. Embelleció Roma con templos, basílicas y pórticos en lo que parecía el nacimiento de una era de paz y prosperidad. Este periodo representa la culminación de la edad de oro de la literatura latina, en la que destacan las obras poéticas de Virgilio, Horacio y Ovidio, y la monumental obra en prosa de Tito Livio Ab urbe condita libri (Décadas).

Dictadura y asesinato del César.

La base del poder de César era su posición de dictador ‘vitalicio’. Según la constitución tradicional republicana este cargo sólo podía desempeñarse durante seis meses en una situación de gravedad extrema. Sin embargo, esa regla se había roto incluso antes de César. Sila había gobernado como dictador durante varios años y César siguió este precedente. También fue nombrado cónsul por diez años en el año 45 a.C. (en el mismo año en que derrotó, en la península Ibérica, a los hijos de Pompeyo Magno en la batalla de Munda) y recibió la inviolabilidad de los tribunos. Además obtuvo honores que incrementaron su prestigio. Vistió la toga, la corona y el cetro de un general triunfante y usó el título de imperator. Es más, como sumo sacerdote, fue jefe de la religión del Estado, pero sobre todo tenía el mando de todos los ejércitos, lo cual continuó siendo la principal fuente de su poder.
César estableció un programa de reformas muy variado. En las provincias eliminó el corrupto sistema de impuestos, patrocinó el establecimiento de colonias de veteranos y amplió la ciudadanía romana. En la metrópoli reorganizó las asambleas e incrementó el número de senadores. Su reforma del calendario dio a Roma un medio racional para registrar el tiempo.
Sin embargo, varias familias senatoriales sentían que César amenazaba sus posiciones; el honor y los poderes de César les hacían temer que éste quisiera ser rex (rey), un título que, como republicanos, odiaban. En el año 44 a.C., un grupo de senadores, entre ellos Cayo Casio y Marco Junio Bruto, conspiraron para llevar a cabo su asesinato. En los idus (el 15) de marzo del 44 a.C., cuando César entró en el Senado, el grupo lo asesinó.

César y Pompeyo.

En el año 52 a.C., tras el fallecimiento de Craso, Pompeyo fue nombrado único cónsul. Este cargo, combinado con sus otros poderes, lo situó en una posición privilegiada. Celoso de sus jóvenes rivales, decidió acabar con el poder de César, un objetivo que no podía realizar sin antes quitarle el mando de las Galias. Para protegerse, César sugirió que él y Pompeyo renunciaran a sus mandos simultáneamente, pero esto fue rechazado; incitado por Pompeyo, el Senado pidió a César que renunciara a su mando y disolviera su ejército o sería considerado enemigo público. Los tribunos, que eran agentes de César, vetaron esta moción, pero fueron expulsados del Senado. Entonces éste confió a Pompeyo la seguridad del Estado. Sus fuerzas, muy superiores en número a las de César, estaban dispersas por todas las provincias y sus tropas de la península Itálica no estaban preparadas para la guerra. A principios del año 49 a.C. César cruzó el Rubicón, un pequeño río que separaba su provincia gala cisalpina de Italia y se dirigió rápidamente hacia el sur. Pompeyo huyó a Brundisium (la actual Brindisi) y desde allí a Grecia. En el periodo de tres meses, César controló toda la península Itálica y sus fuerzas tomaron Hispania y el puerto clave de Massilia (la actual Marsella, en Francia).
En Roma, César se convirtió en dictador hasta ser elegido cónsul en el 48 a.C. A principios de ese año llegó a Grecia y destruyó las fuerzas de Pompeyo en Farsalia. Éste huyó a Egipto, donde fue asesinado. Cuando César visitó Egipto, instaló a Cleopatra, hija del fallecido rey Tolomeo XII, como reina. En el 47 a.C. sometió a Asia Menor y regresó a Roma como dictador. Aproximadamente en el 48 a.C. todas las fuerzas optimates habían sido derrotadas y el mundo mediterráneo pacificado

sábado, 18 de octubre de 2008

Las reformas de los Graco.

En el año 133 a. C., Tiberio Graco fue elegido tribuno de la plebe y propuso una ley para favorecer a los campesinos empobrecidos por las guerras. La ley establecía un límite para la cantidad de tierra publica que un gran propietario (latifundista) podía explotar. El resto debía ofrecerse a los ciudadanos sin tierra a cambio de un alquiler muy bajo. La propuesta gano la elección, pero, al año siguiente Tiberio fue asesinado por un grupo de latifundistas.
Diez años después, accedió al tribuno de hermano, Cayo Graco, con un programa más amplio, que incluía la concesión de la ciudadanía romana a todos los aliados y el reparto de trigo a mitad de precio. Cayo fue víctima de una conspiración y también asesinado.

La Crisis de la república.

Hacia el siglo II a. C., las magistraturas y el senado eran controlados por una oligarquía formada por familias ricas y poderosas, tanto patricias como plebeyas, que se identificaban como nobles. Dentro de los nobles, se distinguían dos grupos políticos: Los populares y los optimates. Los primeros pretendían tomar medidas que favorecieran al pueblo, como la distribución de tierras y de granos, o la reducción de deudas. Los segundos, que controlaban el senado, se oponían a estas medidas. estas diferencias provocaron violentas luchas.

lunes, 13 de octubre de 2008

Una República Aristocrática.

La palabra "república" proviene del latín y significa "cosa pública" (res: cosa; publicae: pública). Esto quiere decir que el gobierno y los asuntos del Estado son algo público, que compete a todos los ciudadanos y no a un único hombre (como en la monarquía).
Sin embargo, este nuevo sistema político estaba basado en la exclusión política de la mayoría de la población, puesto que sólo los patricios podían ser electos para ocupar cargos de gobierno. Por eso los historiadores califican a la república romana de República Aristocrática.